Día Mundial de la Parada Cardiaca

La muerte súbita cardiaca

En el reciente Congreso Europeo de Cardiología, se han presentado las últimas guías sobre el manejo de pacientes con arritmias ventriculares y prevención de muerte súbita cardíaca.

La muerte súbita cardíaca (MSC) es aquella muerte natural que se produce en la primera hora desde el inicio de los síntomas o el fallecimiento inesperado de una persona aparentemente sana que vive sola y se encontraba bien en  el plazo de 24 horas previas.

La MSC es la principal causa de muerte súbita y supone aproximadamente el 50% de todas las muertes por causa cardiovascular, la mitad de ellas siendo la primera manifestación de dicha enfermedad.

La incidencia de MSC aumenta con la edad: así, durante la infancia y adolescencia es de 1/100000 personas/año. En este grupo de edad, la mayor parte de los casos están relacionados con miocardiopatías congénitas, miocarditis y anomalías coronarias.

En personas de 50-60 años alcanza una incidencia de 50/100000 personas/año, siendo más frecuente en hombres que en mujeres y estando relacionado fundamentalmente con la enfermedad arterial coronaria (75-80% de los casos).


En personas más mayores (70-80 años), la incidencia está en torno a 200/100000 personas/año y, aunque sigue estando en relación con la enfermedad coronaria, también se relaciona con frecuencia con problemas valvulares e insuficiencia cardíaca.

En la población general, la mejor manera que se tiene de prevenir una MSC es calcular el riesgo que se tiene de tener enfermedad arterial coronaria, mediante las escalas de factores de riesgo cardiovascular para tomar las medidas necesarias para su prevención.

El problema fundamental de la MSC (además de su alta incidencia) es que tiene una supervivencia muy baja. Así, en España, se producen unas 30000 paradas cardíacas al año, con una supervivencia en torno al 5-10%.

RCP Básica

Uno de los principales problemas es que la mayoría de las paradas cardíacas son extrahospitalarias. Es decir, se producen lejos de un hospital, donde generalmente no suele haber personal sanitario para realizar la reanimación.

Solo un 10% de las personas que sufren una parada cardiaca extrahospitalaria llegan con vida al hospital y de ellas, el 20% sobreviven sin secuelas si se les realiza una reanimación básica.

Se sabe que cuanto antes se inicia la reanimación cardiopulmonar (antes de la llegada de los servicios de emergencia), mejores resultados se obtienen, aumentando la supervivencia y disminuyendo la probabilidad de secuelas neurológicas. Cada minuto que pasa, disminuye un 10% la probabilidad de sobrevivir y si pasan más de 10 minutos sin recibir ningún tipo de asistencia, la probabilidad es casi nula.

Desafortunadamente, la mitad de la población adulta admite no saber identificar correctamente una parada cardiaca y en torno a un 30-40% reconocen no saber cómo actuar en este tipo de situación.

Por eso, se están promoviendo medidas que han demostrado mejorar el pronóstico en este tipo de situaciones:

  • facilitar a la población un teléfono fácil de recordar y ampliamente conocido, en nuestro caso el 112, que permita un contacto directo y rápido con los servicios de emergencia médica adecuados.
  • realizar formación de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica a la mayor cantidad de ciudadanos posible (iniciándola preferiblemente en la infancia) así como formación en el uso de un desfibrilador automático.
  • se recomienda que haya desfibriladores de acceso público en los lugares donde sea más probable que haya MSC (estadios de fútbol, gimnasios, centros comerciales)
  • utilizar aplicaciones de móvil para localizar los desfibriladores o voluntarios que ayuden con la RCP, más cercanos (la app ARIADNA).
  • promover campañas de concienciación sobre este problema, como por ejemplo, estableciendo el día mundial de la parada cardíaca (16 de octubre).

¿Qué debemos hacer si alguien a nuestro alrededor presenta una parada cardíaca?

Lo primero de todo, es intentar mantener la calma en la medida de lo posible y saber reconocer una parada cardíaca. Ante cualquier persona que se desplome/colapse, hay que comprobar si responde a estímulos y si respira.

En toda persona inconsciente con una respiración ausente o anormal (respiraciones lentas y/o agónicas), se debe avisar al 112 y se debe comenzar la RCP a poder ser, en los 4 primeros minutos, ya que así aumenta la probabilidad de recuperación.

Durante los últimos años, se ha visto que lo realmente importante es realizar un masaje cardíaco correcto, siendo la respiración boca a boca innecesaria e ineficaz si no lo realiza personal entrenado.

Lo fundamental es que las compresiones torácicas estén bien hechas y que el masaje cardíaco sea eficaz. Para ello, se deben poner ambas manos en el centro del esternón del paciente y hacer compresiones hacia abajo con los brazos extendidos en ángulo recto respecto al cuerpo de la persona.

El esternón debería descender unos 4-6 cm. Se deben realizar unas 100 compresiones por minuto, intentando que sean rítmicas, regulares y sin interrupciones.

El masaje cardíaco se debe mantener hasta que la persona recupera el conocimiento o hasta que llegue asistencia médica.

Desfibrilador

En el caso de disponer de un desfibrilador automático, se debe utilizar lo antes posible.

Es importante escuchar atentamente las indicaciones que va a ir dando el aparato, ya que va indicando los pasos que hay que realizar mediante instrucciones verbales, escritas y con señales luminosas.

Tenemos que asegurarnos de que la persona esté seca y no esté en contacto con ningún metal.

Abrimos el dispositivo y lo encendemos. Colocamos los electrodos adhesivos en el tórax de la persona y seguimos las instrucciones verbales y visuales que emite el desfibrilador. Es importante señalar que nadie debe estar tocando a la persona mientras el desfibrilador analiza el ritmo cardíaco ni mientras se administra una descarga eléctrica.

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