La relación entre cardiología y deporte
La prescripción de ejercicio físico tiene su origen en las primeras civilizaciones (China, Antiguo Egipto…), siendo en la Grecia Antigua donde se aconsejaba la realización de distintas modalidades deportivas para cuidar la salud física y moral. Consideraban que el cuidado del cuerpo y mantenerse en forma era una obligación social.
“La música es para el alma lo que la gimnasia es para el cuerpo”.
Platón
La civilización griega tenía muy arraigada la competición deportiva y la actividad física como una forma de cuidar la salud física y también moral. Era mejor persona quien hacía deporte y se mantenía en forma.
En los últimos años cada vez se tiene más presente que el deporte es necesario para preservar la salud y cada vez hay más personas que practican algún tipo de deporte. Así, en la Encuesta de Hábitos Deportivos en España 2020 reflejan el auge que está teniendo el deporte en la población española, ya que un 59,6% de la población había practicado deporte en el último año, sea de forma periódica o de forma ocasional.
Está claro que hacer ejercicio físico regular es beneficioso, pero ¿cuánto ejercicio físico debemos realizar?, ¿de qué intensidad?, ¿con cuánta frecuencia?. Si se realiza mucho ejercicio físico y más intenso, ¿se obtiene mayor beneficio?.
Beneficios del deporte
El ejercicio físico mejora el rendimiento cardiovascular debido a cambios a nivel hormonal, metabólico, neurológico y en la función respiratoria. Nos ayuda a controlar los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, hipercolesterolemia, diabetes, sobrepeso/obesidad) y por tanto, desempeña un papel fundamental en la prevención primaria y secundaria de la cardiopatía isquémica (enfermedad en las arterias coronarias).
El aumento de la actividad física y la mejora de la forma física se asocia con una menor mortalidad total (20-30% menos de eventos adversos en comparación con personas sedentarias) y por enfermedad cardiovascular.
En las últimas guías de 2021 de la Sociedad Europea de Cardiología sobre prevención de enfermedad cardiovascular, se recomienda que los adultos realicen al menos 150-300 minutos a la semana de actividad física aeróbica moderada o 75-150 minutos a la semana de actividad física aeróbica intensa, especificando en la siguiente tabla los distintos tipos de ejercicio físico y su intensidad.
Riesgos del deporte
Sin embargo, paradójicamente, la realización de ejercicio físico intenso en personas con enfermedad cardiológica de base puede desencadenar arritmias que son potencialmente mortales.
Así, la muerte súbita cardíaca es la primera causa de mortalidad relacionada con el deporte y el ejercicio entre deportistas.
En deportistas menores de 35 años la muerte súbita cardíaca se asocia con enfermedades genéticas o congénitas del corazón (miocardiopatía hipertrofia, displasia arritmogénica del VD…) mientras que en mayores de 35 años, el 80% se debe a enfermedad ateroesclerótica en las arterias coronarias.
Reconocimiento médico cardiovascular recomendado para deportistas
Por todo lo comentado anteriormente, el reconocimiento médico cardiovascular es cada vez más relevante dentro de la relación de la cardiología y deporte.
Dependiendo de la edad, los factores de riesgo cardiovascular de cada paciente y de la intensidad de ejercicio físico que se vaya a realizar, será necesario incluir más o menos pruebas.
Los objetivos de este reconocimiento médico incluyen:
- diagnóstico de posibles enfermedades cardiológicas que supongan un riesgo vital o que puedan empeorar al realizar la actividad física.
- valorar la capacidad funcional y la tolerancia cardiovascular al ejercicio.
- en pacientes con alguna enfermedad cardiológica, realizar recomendaciones específicas según la severidad de la misma.
- determinar si un paciente es apto para la práctica de determinado deporte.
Esta es la propuesta que realiza la Sociedad Europea de Cardiología en las últimas guías del 2020, para la evaluación cardiovascular antes de la práctica deportiva de pacientes asintomáticos mayores de 35 años.